En las cercanías de la ermita de Nuestra Señora del Espinar, al borde de un camino que discurre junto a la orilla del embalse de Pedrezuela, hay un talud en el que se puede observar una pequeña población de ejemplares de Rhaponticum coniferum, la ‘cuchara de pastor’.
Se ha convertido ya en una tradición familiar el acercarnos 'a ver las cucharas' cuando visitamos el pueblo en verano. Y este año ni nosotros ni ellas hemos faltado a la cita.
Según Wikipedia, esta especie es nativa y está ampliamente distribuida por toda la península ibérica, Baleares, Francia, Italia y el norte de África; pero yo me la he encontrado rara vez. De hecho los únicos ejemplares que tengo fotografiados son todos guadaliseños, aunque también he visto algunos por la sierra de Guadarrama.
Lo más característico y llamativo de esta planta, que rara vez pasa de os 30 cm de altura, es su inflorescencia que ChatGPT describe como un capítulo de forma ovoide, con brácteas escariosas y lignificadas, imbricadas, de color pajizo con puntas purpúreas que le dan un aspecto similar al de las piñas. Cuando maduran, se abren por el extremo dejando ver un penacho de flores de color púrpura-rosado.
Los frutos son aquenios con vilano persistente que se dispersan con el viento facilitando la propagación de la especie de forma similar a como lo hacen los dientes de león.
La verdad es que merece la pena observar la evolución de las inflorescencias a lo largo del verano. Incluso cuando ya no les quedan semillas siguen siendo bellas.
Rhaponticum coniferum - Cuchara de pastor. Guadalix de la Sierra, Madrid, España. Diversas fechas.
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